En esta entrada veremos los elementos que intervienen en la
nutrición de la planta, cómo fabrica su propio alimento, cómo obtiene la
energía para su crecimiento y desarrollo y cómo obtiene los elementos para
llevar adelante todas sus funciones.
Las plantas, al no poder desplazarse, elaboran su propio
alimento y tienen que adaptarse al ambiente en el que viven, por lo que están
muy especializadas; de tal manera que si cambia de manera importante las
condiciones ambientales a las que están adaptadas, lo más probable es que
mueran.
Esto implica que cada planta vivirá mejor en su ambiente habitual
y que si queremos cultivarla en otro ambiente tendremos que imitar su ambiente
natural.
Los elementos de la vida.
Como ya intuyeron en la antigüedad, la tierra, el aire, el
fuego y el agua son los elementos básicos donde se contiene la vida. En
estos cuatro elementos se contiene lo que necesitan las plantas para vivir
fotosíntesis en las hojas |
Fotosíntesis.
Para realizar la fotosíntesis las plantas tienen que recoger dióxido de carbono del aire y de su propia respiración y agua del suelo y la atmósfera, y con la acción de la luz solar se produce una reacción química que produce hidratos de carbono, oxígeno y energía.La fotosíntesis se realiza sobre todo en las hojas y tallos
verdes, utilizando la clorofila que se localiza en los cloroplastos de la
célula vegetal.
Estomas en el envés.
Respiración.
Mediante la respiración celular, las plantas utilizan los
hidratos de carbono fabricados en la fotosíntesis y el oxígeno del aire para
fabricar la energía necesaria, obteniendo además dióxido de carbono y agua. El intercambio de gases entre la planta y el medio se produce en los estomas y lenticelas, situados en el envés de las hojas, el tallo y las raíces.
La respiración se produce en todas las partes de la planta.
Otras funciones.
Para la realización de las restantes funciones vitales
(crecimiento, caída y reposición de hojas, floración, fructificación) en las
plantas intervienen diversos elementos químicos que constituyen los nutrientes
esenciales.
Además de los ya mencionados carbono ( C ), hidrógeno (H) y
oxígeno (O) para la fotosíntesis y la respiración que obtiene del aire y el
agua, necesita para el resto de funciones vitales gran cantidad de nitrógeno
(N), fósforo (P) y potasio (K); en menor medida, calcio (Ca), Azufre (S) y
magnesio (Mg); y aún en menor cantidad, hierro (Fe), manganeso (Mn), cobre
(Cu), zinc (Zn), boro (B), molibdeno (Mo), cobalto (Co) y cloro (Cl); todos
estos elementos los obtiene de la tierra.
Conocer estos mecanismos nos va a servir para saber cómo
debemos cuidar nuestras plantas.
Los procesos vitales de las plantas tienen una periodicidad
ajustada al ciclo climático del lugar. En las zonas templadas, donde se suceden
las estaciones, la actividad vital es muy elevada en primavera y verano (desarrollo
de hojas, floración, fructificación) y mucho menor en otoño e invierno; esos
momentos de reposo de las plantas son los que deberemos aprovechar para los
cambios que queramos hacer (poda, trasplante, …)
Tierra.
La planta se inserta en la tierra a través de la raíz, que tiene una estructura adecuada para que la planta se mantenga anclada y poder absorber lo que necesita.Nutrientes.
De los nutrientes mencionados, los que consume en mayor
cantidad son el nitrógeno, el fósforo y el potasio los que se agotan y por lo
tanto deben reponerse. El resto de nutrientes no suele ser necesario reponerlos
porque la planta no suele agotar los que de manera natural existen en la
tierra.
Por lo tanto, cuando cultivamos las plantas en el terreno,
ya sea jardín o huerto, o si cultivamos en maceta o jardinera, debemos
regenerar la tierra mediante los abonos.
Tipos de tierras.
El terreno por su composición y estructura puede ser:
sustrato universal |
Arcillosas: retienen bastante el agua, son pesadas y se
apelmazan con facilidad, se endurecen y compactan.
Arenosas y pedregosas: retienen muy poco el agua.
Calizos: se erosionan y disgregan con facilidad, retienen
poco el agua.
Humíferos: contienen abundante materia orgánica, retienen
bien el agua sin inundarse y mantienen una buena temperatura.
Mediante un sencillo experimento podemos observar el grado de
retención del agua en nuestro terreno. Cortamos en una botella de plástico un
tercio de la parte superior, la giramos y encajamos en la parte inferior,
rellenamos con la tierra el embudo que se nos ha formado y vamos vertiendo
agua, observando cómo se va filtrando a la parte inferior de la botella.
También podemos medir el pH del suelo que va a determinar la
facilidad que va a tener la planta para poder absorber los nutrientes del
suelo.
medir el pH del suelo |
Las tierras tienen diversas características, su composición
(arcillas, calizas, areniscas, humus), su pH (ácido o básico), que nos indican
su cualidad para cultivar las plantas. Según la característica del terreno
debemos intervenir para corregir esas características; es lo que se llama
enmiendas, se aportan elementos para mejorar la capacidad de la tierra para
cultivar plantas.
El que un terreno tenga una característica u otra va a
determinar el que la planta absorba mejor o peor los nutrientes que necesita,
no es suficiente con que los elementos estén en el terreno, sino que la planta
pueda asimilarlos.
Si vamos a cultivar en maceta o jardinera utilizaremos un
sustrato universal que podemos comprar en cualquier establecimiento.
Abonado.
No todos los sustratos tienen la misma calidad, pero lo
habitual es que tengan la estructura y los nutrientes necesarios para mantener
una planta; pero no tienen nutrientes para toda la vida, lo habitual es que sea
suficiente para tener la planta bien durante dos o tres meses, a partir de ese
tiempo lo más normal es que sea necesario que tengamos que abonar la planta
cada cierto tiempo (indicado en las recomendaciones del abono
utilizado). Otra forma de recuperar los nutrientes será ir renovando
la tierra de la maceta.
Si cultivamos en el terreno, tendremos mayor reserva de
nutrientes y lo más habitual es abonar un par de veces al año, antes de la
siembra y antes de la mayor etapa de desarrollo de la planta.
Si necesitamos corregir el pH de la tierra porque nuestro
terreno es ácido, se utilizan diversos compuestos de cal, (la ceniza también
eleva el pH); y si es alcalino o básico, compuestos de azufre o hierro.
Agua.
riego con programador |
riego por microaspersión |
La combinación de estas circunstancias son las que van a
determinar una de las preguntas más habituales de los que adquieren una
planta, ¿cada cuánto tiempo hay que regarla?
La respuesta es imposible, depende de la estructura de la
tierra (filtra mucho o poco el agua), y de la evaporación (exposición de la
planta al sol, temperatura y humedad ambiental).
Aire.
Del aire la planta va a captar dióxido de carbono y oxígeno
para los procesos de fotosíntesis y respiración que hemos visto.
experimento del oxígeno |
Las principales características que vamos a encontrar en el
aire donde se encuentran nuestras plantas es la temperatura y la humedad
relativa. Son dos valores que debemos de tener en cuenta para decidir el tipo
de plantas que podemos cultivar.
En el envés de las hojas y las zonas verdes del tallo se
encuentran los estomas y en toda la planta las lenticelas que se encargan del
intercambio de gases para la fotosíntesis y la respiración. A través de ellos
también se regula el vapor de agua.
En el envés de la hoja se produce mayor evaporación, por eso
no quedan expuestos al sol directo. Las plantas que están expuestas a muchas horas
de sol y altas temperaturas tienen mecanismos propios para evitar la excesiva
evaporación (espinas, cierre de estomas, …)
circula el aire entre las ramas |
El aire debe circular fácilmente por todas las zonas de la
planta, por lo que deberemos eliminar hojas y ramas que impidan la oxigenación
de la planta.
Las raíces de las plantas también necesitan respirar, absorber
oxígeno, por lo que la tierra donde se encuentra no debe estar aplastada, sino
ahuecada para que pueda tener reservas de oxígeno; las lombrices y otros
animales que remueven el suelo realizan una función imprescindible de
oxigenación de la tierra.
Fuego.
El fuego de los presocráticos griegos está representado por
el sol, la luz solar.
la luz solar y la floración |
En nuestra zona geográfica, con el paso de las estaciones,
va cambiando tanto el tiempo de luz solar como su composición, esto actúa de
manera directa en el desarrollo de las plantas.
Las plantas disponen de unos órganos fotorreguladores que controlan
la cantidad y calidad de luz y el tiempo en que lo reciben. Al conocer el
tiempo e intensidad de luz, adaptan sus funciones a esas circunstancias.
Cuando reciben poca luz, se alargan los tallos o se inclinan
en busca de los rayos solares.
Las plantas de hoja caduca reducen al máximo la actividad
durante el invierno, por lo que sus necesidades de luz son muy bajas, en
consonancia con la luz natural de su entorno.
Las plantas tropicales (muy utilizadas como plantas de
interior) viven a la sombra de los grandes árboles tropicales, por lo que no
están adaptadas a recibir directamente la luz del sol.